Fernando, el de la “Huerta del Carrizal” será siempre recordado
Artículo de Antonio Estupiñán Sánchez
1 de Agosto de 2016
Fernando Santana González, conocido popularmente como el de “la huerta del Carrizal”, fue uno de los personajes más populares, emblemático y de aspecto campechano que ha tenido Carrizal de Ingenio en el pasado siglo XX. Su óbito consternó a todos los que en vida les conocimos, fue uno de los hombres pioneros que más veces bajó a las entrañas de la tierra a la búsqueda del preciado líquido elemento y también al arreglo de tuberías y maquinarias en los principales pozos de agua de Gran Canaria y las demás islas del archipiélago canario, dentro de sus anécdotas curiosas como pocero fue en el pozo de Los Ponces en Carrizal donde sacó muchas toneladas de arena marítima a más de cien metros de profundidad, coincidiendo hoy día en la zona donde está éste pozo, como un contraste geológico, con la misma arena en estado petrificado a flor de tierra y a simple vista dentro del cauce del barranco de Los Aromeros, con un recorrido de más de un kilómetro,  Sus profundos conocimientos le atribuyeron el reconocimiento de Ayuntamientos e Instituciones Insulares.
En su pueblo natal del Carrizal, Fernando fue también un verdadero maestro de diversos oficios, sobresaliendo la fontanería, la mayoría de las viviendas de Carrizal pasó por sus manos en las instalaciones y arreglos del servicio de aguas, colaboró desinteresadamente con el Ayuntamiento de Ingenio en las acometidas de las redes del agua del abasto en la época Franquista, siendo alcalde los extintos José Sánchez Sánchez y Francisco Hernández Sánchez, y posteriormente en las primeras legislaturas democráticas. Sus conocimientos llegaron a muchos municipios de Gran Canaria y otras islas.
Fernando fue un enamorado de la naturaleza y el medio ambiente, le entusiasmaba y respetaba la arqueología aborigen y caminó por la mayoría de los senderos de Gran Canaria en lugares alejados para el trabajo en las casas-máquinas de los pozos.
Fernando fue una excelente persona y un gran caballero, muy servicial con las mayorías de las familias de su pueblo natal del Carrizal y de la Comarca del Sureste, su bondad y su generosidad no tuvieron límites en sus dones profesionales.  En su recuerdo, muchas familias les honra hoy por su noble causa de persona humana de cuya sencillez abarcó en todo momento el distintivo de ser un buen consejero en la problemática familiar, hombre rígido y temperamental, fiel cumplidor en los deberes sociales, siempre se les ha conocido con su peculiar vestimenta ó clásico “mono de trabajo”, durante décadas compartió conjuntamente la vida familiar con la otra de “guarda y custodia de la finca de Los Ponces” y de su aislada vivienda rural con mezcla de ermitaño en la famosa Huerta del Carrizal, célebre lugar en la historia de Canarias, por haber sido éste rincón del sureste durante tres siglos el camino de paso y descanso de los religiosos y obispos entre Las Palmas, Telde y la Sede Episcopal del Real Señorío de la Villa de Agüímes, pernoctando en la que fuera “Casa-Huerta del Seminario del Carrizal”, hoy rebautizada como (Casa del obispo).
Fernando fue por lo tanto, el último superviviente y el fiel vigilante de ésta hoy reseca zona poblada de plantas autóctona, contradiciendo con el frondoso vergel del ayer, auténtico paraíso verde-valle de la huerta del Carrizal, por cuyos márgenes discurre la nueva circunvalación Carrizal-Ingenio-Agüímes.